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Huerto escolar y compostaje en el aula
Cómo implementar un huerto escolar con compostaje: guía práctica para centros educativos


El huerto escolar se ha consolidado como un espacio vivo de aprendizaje en numerosos centros educativos. Cultivar, observar y cuidar la tierra fomenta valores esenciales como la responsabilidad, la paciencia o el respeto por la naturaleza. Pero si a ese huerto le añadimos un sistema de compostaje por fermentación anaeróbica, el impacto educativo y medioambiental se multiplica.
En esta guía práctica te explicamos cómo iniciar un huerto escolar acompañado del sistema Kuboshi, un método limpio, eficaz y adaptado al aula para gestionar los residuos orgánicos y transformarlos en recurso educativo.
¿Por qué un huerto escolar con compostaje por fermentación anaeróbica?
El compostaje en el entorno educativo ya no es una utopía. Cada vez más colegios buscan cerrar el círculo de su huerto escolar gestionando sus propios residuos. Y ahí es donde el sistema Kuboshi, basado en la fermentación anaeróbica, marca la diferencia:
Sin malos olores ni insectos: se realiza en cubos cerrados, perfectos para interior.
Rápido y eficiente: en solo unas semanas se obtiene abono fermentado y lixiviado.
Didáctico y motivador: permite observar todo el proceso de transformación.
Adaptado al aula: no requiere instalaciones complicadas ni grandes espacios.
Paso a paso: cómo poner en marcha tu huerto escolar con el sistema Kuboshi
1. Elige y prepara el espacio del huerto
No necesitas un gran terreno. Jardineras elevadas, bancales pequeños o incluso macetas en el patio son más que suficientes. Asegúrate de que haya sol directo y acceso cómodo para el alumnado.
2. Introduce el sistema Kuboshi en clase
Una de las claves del éxito está en empezar dentro del aula. El cubo Kuboshi puede colocarse en cualquier rincón ventilado, y se va alimentando diariamente con pequeños restos orgánicos: pieles de frutas, servilletas de papel, cáscaras de huevo…
Cada capa se cubre con un salvado especial con microorganismos que inicia la fermentación. En unas semanas, el contenido estará listo para pasar al compostador o al huerto, y el líquido obtenido (lixiviado) puede usarse como fertilizante líquido para las plantas.
3. Planifica tareas rotativas
El proceso se convierte en una rutina educativa: quién alimenta el cubo, quién anota los cambios, quién recoge el lixiviado, quién lo diluye y riega… Todo el grupo participa de forma activa y con roles claros.
4. Integra el proceso en el trabajo del huerto
El compost fermentado se puede enterrar en la tierra del huerto, aportando nutrientes y mejorando la calidad del suelo. También se puede analizar, pesar, medir y comparar a lo largo del curso como parte de las actividades científicas.
¿Qué aprende el alumnado con este sistema?
El método Kuboshi no es solo una solución de compostaje: es una herramienta pedagógica transversal que se adapta a distintas etapas y asignaturas:
Ciencias naturales: microorganismos, ciclos de la materia, transformación de la materia orgánica.
Matemáticas: cálculos de peso, volumen, proporciones del lixiviado (1:200), gráficas.
Lengua: diarios de compostaje, informes de seguimiento, entrevistas entre compañeros.
Educación ambiental: hábitos de consumo, economía circular, impacto de los residuos.
Convivencia: organización cooperativa, turnos de responsabilidad, respeto al proceso.
Beneficios del sistema Kuboshi para el centro educativo
Además del valor didáctico, este sistema de fermentación aporta ventajas prácticas al centro:
Reduce considerablemente el volumen de residuos orgánicos del comedor o recreo.
Evita problemas comunes del compostaje tradicional (olores, plagas, clima).
Es compatible con cualquier proyecto de huerto, incluso en patios pequeños.
Se adapta a todas las edades, desde infantil hasta secundaria.
Visibiliza el compromiso ambiental del centro ante familias y comunidad.
Claves para un proyecto exitoso
Empieza con un grupo piloto: una clase, un ciclo o un aula de referencia.
Capacita al profesorado: unas horas de formación son suficientes para entender el sistema y aprovecharlo al máximo.
Aprovecha los recursos didácticos: fichas, unidades, guías, paneles… el acompañamiento educativo marca la diferencia.
Involucra a las familias: pueden aportar residuos de casa, ayudar con el huerto o participar en una exposición final.
¿Y después qué?
Una vez que el sistema Kuboshi está rodando, el centro puede:
Ampliarlo a más clases o ciclos.
Conectar el compostaje con otras acciones del Plan de Sostenibilidad.
Crear una “Red Kuboshi” con otros centros.
Participar en concursos, retos o campañas medioambientales.
Una nueva forma de aprender con la Tierra… desde el aula
Incorporar el compostaje por fermentación anaeróbica en la vida escolar transforma la forma en que los niños y niñas entienden los residuos, la naturaleza y el aprendizaje. No es solo un sistema limpio y eficaz: es una forma de conectar la educación con la vida real, con el respeto por los procesos naturales y con una visión del mundo más responsable.
¿Quieres saber cómo aplicarlo en tu centro?
Desde Kuboshi, ofrecemos un sistema completo, pensado para las necesidades de las aulas, con todo el material, acompañamiento y soporte pedagógico que necesitas para empezar. Si quieres que analicemos tu caso y te ayudemos a implementarlo paso a paso, déjanos tu email y nos pondremos en contacto contigo para resolver cualquier duda y guiarte desde el principio.
🌱 El cambio empieza con un cubo… y una clase dispuesta a cuidar el planeta.
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